Centenario Balono

jueves, 7 de febrero de 2013

Grandes momentos blanquinegros: Miranda de Ebro 2008

Un instante del Mirandés-Balona
El 15 de junio de 2013 se cumplen cinco años del partido de Anduva, en Miranda de Ebro, donde la Balona consiguió su tercer y penúltimo ascenso a Segunda B. Un encuentro que nadie olvida y posiblemente se haya erigido en uno de los más importantes de la historia reciente del club, no sólo por lo que supuso, sino por las circunstancias que lo rodearon.
El partido era muy complicado tras el resultado de la ida. El gol de Copi en el Municipal en la última jugada espoleó a los aficionados, que se desplazaron en gran número a tierras castellanas a pesar de la distancia y de las cortas expectativas.
Los linenses se colocaron en un fondo, precisamente donde el equipo marcó los dos goles del segundo tiempo. No hubo facilidades y se acomodaron como pudieron. En este tipo de partidos es donde nos damos cuenta del Estadio que tenemos en La Línea, por muy vetusto que sea.
Seis mil mirandeses animaban como un campo inglés. En la grada sólo se veían cabecitas y se oía el rumor de la afición en apoyo de su equipo. Todo estaba en contra. La Balona sólo tenía a su favor el buen momento que estaba atravesando. El Mirandés alineó a Triviño, Iñigo Marín, Núñez (Iván Moreno), Iván Agustín, Joseba, Jon Ríos, Pablo Infantes, Gebara (Rodri), Alberto Rodríguez, Alberto Ateca y Denis. En la Balona jugaron David Pérez, Espínola, Carlos Guerra, Fede, Johny, Chico (Barrios), Marín, Coco (Noel), Manrique, Miguélez (Copi) y Joseph.
A los doce minutos se adelantó el equipo local por medio de Iván Agustín y ya se temía lo peor. El ambiente, la calidad local y el mazazo podían ser decisivos. Pero la Balona tuvo la suerte de empatar sólo dos minutos después con gol de Fede. El Mirandés ya no tenía la ventaja del gol marcado fuera, sino todo lo contrario, porque un segundo tanto de la Balona le ponía contra las cuerdas. Y así fue. Cuando apenas se llevaban seis minutos de la segunda parte, Carlos Guerra remató de cabeza un centro desde la derecha y puso a la Balona por delante. Ya eran necesarios dos goles para que el Mirandés ascendiera… La lógica en este tipo de casos prevaleció y el equipo local empezó a agobiar. Fruto de ese agobio llegó el empate, conseguido por Pablo Infantes en el minuto 59. Anduva ya era una locura. La Balona tenía que mantener el tipo porque seguía ascendida pero el acoso mirandés podía tener su fruto.
Y apareció la magia. Un perfecto balón de Miguélez sobre Joseph dejó al gibraltareño solo ante Triviño, al que batió de preciosa vaselina. Faltaba aún media hora pero la Balona estaba dando la cara. Los locales, obligados por las circunstancias, siguieron empujando, aunque temerosos de que un contragolpe sentenciara. Cinco minutos después del gol de Joseph llegó el tercer empate, conseguido por Iván Moreno. A partir de ahí, tensión, nervios, polémicas y excesiva prolongación hasta que Ortiz Extremo señaló el final. La alegría incontenida de los blanquinegros no encontró obstáculo en la lluvia. La gente estaba loca con el ascenso y soportó las inclemencias del tiempo pensando ya en el regreso.
La fiesta en el hotel de Burgos se prolongó hasta las tantas aunque todo el mundo quería llegar a La Línea para celebrarlo con los aficionados que no se habían podido desplazar. La plaza de la Constitución reunió a miles de personas, muchas de las cuales venían acompañando al equipo desde la avenida de España.

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