13:46
Monti
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| David Hernández celebra el primer gol |
José Manuel Fernández/PB
Fotos www.reciabalona.com
Ni siquiera la injustificada crueldad del árbitro pudo desmontar la fiesta vivida en el Municipal Linense gracias a una Balona alegre que se ha situado en la quinta plaza de la clasificación a sólo dos puntos del tercero. Los linenses fueron superiores a un UCAM discreto que deberá mejorar si quiere lograr la permanencia.
De salida, ninguno de los dos lograba hacerse con el mando aunque la Balona tenía más tiempo la pelota y suya fue la primera ocasión en un centro en el minuto 7 que David Hernández no esperaba que se frenara al botar en el césped. A continuación, dos errores arbitrales originaron sendos ataques peligrosos del UCAM resueltos sin problemas por la segura defensa blanquinegra.
El partido avanzaba sin dueño ni ocasiones y dos saques de esquina seguidos en el minuto 21 hicieron pensar que la Balona iba a recuperar su presencia. En el segundo de ellos, la jugada continuó y Rubén Cuesta centró hacia el área, donde Titi tocó la pelota con las manos y el árbitro decretó penalti. David Hernández lo transformó en gol con un disparo fuerte y colocado.
Sin hacer grandes alardes ofensivos, la Balona se había adelantado ante un adversario escasamente peligroso en ataque. Había que esperar a ver si el gol estimulaba el atrevimiento de los murcianos o si, como ocurrió, les afectaba moralmente. Lo cierto es que la Balona pasó a ejercer un control absoluto de la situación. Empezó a acercarse con frecuencia y dispuso de tres ocasiones para haber ampliado la ventaja. En el minuto m28, Salvi soltó un zurdazo que se fue junto al poste. En el 34, Bello hizo una espectacular internada por la derecha pero su centro desde la línea de fondo terminó en saque de esquina lanzado sin consecuencias. En el 39, Gallardo I largó una volea que salió fuera. La impresión era clara. En alguna de estas llegaba el segundo. Y así fue. En el 42, la pelota hizo un efecto que desorientó a un defensa visitante, Bello se aprovechó y se internó para centrar raso hacia Salvi, cuyo disparo fue despejado por Ricardo justo al sitio donde estaba David Hernández, que no perdonó.
Con el 2-0 pero con las precauciones lógicas, la Balona salió muy cómoda tras el descanso. Chico pudo marcar en el 47 con un cabezazo tras el lanzamiento de falta de Rubén Cuesta pero Ricardo envió la pelota a corner. Pasaban los minutos y se apreciaba a una Balona atrevida, con ganas de hacer cosas vistosas. Salvi y Bello estaban muy sueltos apoyados en la impresionante tarea defensiva de Olmo y Mario, dos de los mejores jugadores del encuentro. Cada jugada provocaba sensación de peligro y se disfrutaba de los mejores momentos del partido hasta que el árbitro empezó a hacerse el protagonista. Vio el impresionante ambiente y pensó que él podía lucirse también. Mostró cartulinas amarillas increíbles siempre a jugadores de la Balona sin que el partido se hubiera endurecido, expulsó al delegado del campo, retiró a los recogepelotas y amonestó al médico.
El UCAM Murcia encontró un decorado mucho más propicio para intentar meterse en el partido aunque tardó mucho en conseguirlo y tuvo que ser con un penalti muy discutible pitado porque Ezequiel levantó en exceso la pierna ante un delantero murciano en una acción que parecía más libre indirecto muy lejos de la portería de Mateo.
Pero eso fue en el minuto 93 y antes ocurrieron más cosas. El partido se había ido nivelando tras veinte minutos de dominio local. No hubo situaciones de peligro salvo una falta lanzada por Fran Minaya en la que todo el mundo cantó gol pero que acabó con el balón dando en el lateral de la red. La Balona temía que en una jugada tonta llegara el 2-1 aunque lo cierto es que no había momentos para desconfiar.
Cuando el cartelón electrónico anunció los siete minutos de prolongación y en el segundo de ellos se produjo el penalti se temió lo peor. Tras el inquietante 2-1, esos arreones de última hora generaban algo de desconfianza pero tampoco hubo más sufrimiento que el lento pasar de los minutos. Incluso se produjo una ocasión propicia para el 3-1 en una contragolpe de Salvi que quedó en nada.
Ni siquiera la injustificada crueldad del árbitro pudo desmontar la fiesta vivida en el Municipal Linense gracias a una Balona alegre que se ha situado en la quinta plaza de la clasificación a sólo dos puntos del tercero. Los linenses fueron superiores a un UCAM discreto que deberá mejorar si quiere lograr la permanencia.
De salida, ninguno de los dos lograba hacerse con el mando aunque la Balona tenía más tiempo la pelota y suya fue la primera ocasión en un centro en el minuto 7 que David Hernández no esperaba que se frenara al botar en el césped. A continuación, dos errores arbitrales originaron sendos ataques peligrosos del UCAM resueltos sin problemas por la segura defensa blanquinegra.
El partido avanzaba sin dueño ni ocasiones y dos saques de esquina seguidos en el minuto 21 hicieron pensar que la Balona iba a recuperar su presencia. En el segundo de ellos, la jugada continuó y Rubén Cuesta centró hacia el área, donde Titi tocó la pelota con las manos y el árbitro decretó penalti. David Hernández lo transformó en gol con un disparo fuerte y colocado.
Sin hacer grandes alardes ofensivos, la Balona se había adelantado ante un adversario escasamente peligroso en ataque. Había que esperar a ver si el gol estimulaba el atrevimiento de los murcianos o si, como ocurrió, les afectaba moralmente. Lo cierto es que la Balona pasó a ejercer un control absoluto de la situación. Empezó a acercarse con frecuencia y dispuso de tres ocasiones para haber ampliado la ventaja. En el minuto m28, Salvi soltó un zurdazo que se fue junto al poste. En el 34, Bello hizo una espectacular internada por la derecha pero su centro desde la línea de fondo terminó en saque de esquina lanzado sin consecuencias. En el 39, Gallardo I largó una volea que salió fuera. La impresión era clara. En alguna de estas llegaba el segundo. Y así fue. En el 42, la pelota hizo un efecto que desorientó a un defensa visitante, Bello se aprovechó y se internó para centrar raso hacia Salvi, cuyo disparo fue despejado por Ricardo justo al sitio donde estaba David Hernández, que no perdonó.
Con el 2-0 pero con las precauciones lógicas, la Balona salió muy cómoda tras el descanso. Chico pudo marcar en el 47 con un cabezazo tras el lanzamiento de falta de Rubén Cuesta pero Ricardo envió la pelota a corner. Pasaban los minutos y se apreciaba a una Balona atrevida, con ganas de hacer cosas vistosas. Salvi y Bello estaban muy sueltos apoyados en la impresionante tarea defensiva de Olmo y Mario, dos de los mejores jugadores del encuentro. Cada jugada provocaba sensación de peligro y se disfrutaba de los mejores momentos del partido hasta que el árbitro empezó a hacerse el protagonista. Vio el impresionante ambiente y pensó que él podía lucirse también. Mostró cartulinas amarillas increíbles siempre a jugadores de la Balona sin que el partido se hubiera endurecido, expulsó al delegado del campo, retiró a los recogepelotas y amonestó al médico.
El UCAM Murcia encontró un decorado mucho más propicio para intentar meterse en el partido aunque tardó mucho en conseguirlo y tuvo que ser con un penalti muy discutible pitado porque Ezequiel levantó en exceso la pierna ante un delantero murciano en una acción que parecía más libre indirecto muy lejos de la portería de Mateo.
Pero eso fue en el minuto 93 y antes ocurrieron más cosas. El partido se había ido nivelando tras veinte minutos de dominio local. No hubo situaciones de peligro salvo una falta lanzada por Fran Minaya en la que todo el mundo cantó gol pero que acabó con el balón dando en el lateral de la red. La Balona temía que en una jugada tonta llegara el 2-1 aunque lo cierto es que no había momentos para desconfiar.
Cuando el cartelón electrónico anunció los siete minutos de prolongación y en el segundo de ellos se produjo el penalti se temió lo peor. Tras el inquietante 2-1, esos arreones de última hora generaban algo de desconfianza pero tampoco hubo más sufrimiento que el lento pasar de los minutos. Incluso se produjo una ocasión propicia para el 3-1 en una contragolpe de Salvi que quedó en nada.
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| Gran aspecto de la grada de preferencia. |
Ficha del partido
Real Balompédica Linense: Mateo, Rafa Villén, Mario, Olmo, Gallardo I, Salvi, Alberto Merino, Chico, Bello (Juanpe, 83’), Rubén Cuesta (Ezequiel, 74’) y David Hernández (Copi, 79’). Completaron el banquillo Pagola y Joe.
UCAM Murcia: Ricardo, Tete, Ángel Robles, Castillo, Cifuentes, Titi (Pineda, 55’), Fran Minaya (Álex Cruz, 68’), Tekio, Bayón (De Gomar, desc.), Pico y Nico Varela. En el banquillo estuvieron Ruyales y Oya.
Árbitro: Pérez Muley (Madrileño). Lamentable e injustificadamente cruel. Parecía puesto a conciencia para cargarse el partido. Estuvo a punto de manchar un encuentro impecable entre dos equipos exquisitos. Desde que llegó al Estadio dejó claro que iba a ser repelente cuando expresó su enfado por el retraso de una hora en la celebración del encuentro. hizo un arbitraje desfasado y de mala persona. Mostró cartulina amarilla a los locales David Hernández, Rubén Cuesta, Chico, Ezequiel y Copi. Expulsó al segundo entrenador de la Balona, Chichi, y al delegado, Joaquín Jiménez. Amonestó al médico del club. Alargó el segundo tiempo en siete minutos.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la trigesimocuarta jornada del campeonato de Liga de Segunda B, grupo IV, jugado en el Municipal Linense ante unos seis mil espectadores. Extraordinario ambiente desde más de media hora antes de comenzar el encuentro. Miembros de la Plataforma en Defensa del Hospital exhibieron una pancarta reivindicativa para que la Junta de Andalucía reinicie las obras del nuevo centro sanitario.
