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Monti
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| El San Roque que recibió a la Balona en la 2007-08 |
José Manuel Fernández/LPB
El campo del San Roque de Lepe no se le ha dado mal a la Balona a excepción del encuentro de la pasada temporada, en el que el 4-0 final pudo considerarse engañoso a tenor de lo que se vio pero que al fin y al cabo quedó como una goleada para los anales de la historia.
La primera vez que los linenses visitaron el feudo lepero fue el Sábado Santo de 1993. Los linenses estaban mal clasificados y no habían ganado ningún partido fuera de casa. El asunto administrativo estaba mal y todo hacía presagiar una nueva derrota. Pero he aquí que Chema Serna y Ahumada encarrilaron un triunfo por 1-3 que hizo pensar en una reacción final que, por desgracia, no se produjo. El equipo acabó en Tercera, donde tres años después volvió a encontrarse con los aurinegros. En esta ocasión, en el primer duelo entre ambos en el pozo de la cuarta categoría no se pasó del cero a cero inicial.
Los dos equipos siguieron deambulando por la última categoría del fútbol nacional. Al año siguiente, en la campaña 96-97, los leperos ganaron a la Balona por primera vez. El 3-2 final fue ajustado pero las crónicas cuenta que acorde a lo que se vio sobre el campo.
En la campaña 97-98 se recuerda más el partido de La Línea que el de Lepe, que terminó con victoria local por 2-1. En La Línea, en cambio, el San Roque ganó por un rotundo 0-5. Paquito, que al año siguiente fichó en la Balona, fue uno de los artífices del triunfo visitante.
Las cosas fueron muy distintas el año siguiente. La Balona de Rafael Escobar estaba irresistible y venció 0-3 a un San Roque que acabó con sus huesos en Regional Preferente.
Ya no volvieron a encontrarse hasta la temporada 2007-08, la del ascenso de los linenses a Segunda B. El equipo que todavía entrenaba Carlos Ríos se desplazó a Lepe en un momento en el que parecía iniciar la escalada que le podría llevar a los puestos de arriba pero las excesivas precauciones del técnico sanluqueño hicieron que se desaprovechara la ventaja de 1-2 y que el San Roque, muy inferior, terminara empatando. Carlos Ríos fue cesado varias jornadas después y el equipo terminó clasificándose para la fase de ascenso, culminada en Miranda con el ascenso de categoría.
Lo del año pasado ya se recuerda mejor, aunque la Balona quiere olvidarlo. El 4-0 iniciado con un penalti muy dudoso señalado por el mismo árbitro de pasado mañana, Del Olmo Codes, supuso un toque de atención para los blanquinegros, que entonces andaban muy firmes después de un espectacular comienzo.
El campo del San Roque de Lepe no se le ha dado mal a la Balona a excepción del encuentro de la pasada temporada, en el que el 4-0 final pudo considerarse engañoso a tenor de lo que se vio pero que al fin y al cabo quedó como una goleada para los anales de la historia.
La primera vez que los linenses visitaron el feudo lepero fue el Sábado Santo de 1993. Los linenses estaban mal clasificados y no habían ganado ningún partido fuera de casa. El asunto administrativo estaba mal y todo hacía presagiar una nueva derrota. Pero he aquí que Chema Serna y Ahumada encarrilaron un triunfo por 1-3 que hizo pensar en una reacción final que, por desgracia, no se produjo. El equipo acabó en Tercera, donde tres años después volvió a encontrarse con los aurinegros. En esta ocasión, en el primer duelo entre ambos en el pozo de la cuarta categoría no se pasó del cero a cero inicial.
Los dos equipos siguieron deambulando por la última categoría del fútbol nacional. Al año siguiente, en la campaña 96-97, los leperos ganaron a la Balona por primera vez. El 3-2 final fue ajustado pero las crónicas cuenta que acorde a lo que se vio sobre el campo.
En la campaña 97-98 se recuerda más el partido de La Línea que el de Lepe, que terminó con victoria local por 2-1. En La Línea, en cambio, el San Roque ganó por un rotundo 0-5. Paquito, que al año siguiente fichó en la Balona, fue uno de los artífices del triunfo visitante.
Las cosas fueron muy distintas el año siguiente. La Balona de Rafael Escobar estaba irresistible y venció 0-3 a un San Roque que acabó con sus huesos en Regional Preferente.
Ya no volvieron a encontrarse hasta la temporada 2007-08, la del ascenso de los linenses a Segunda B. El equipo que todavía entrenaba Carlos Ríos se desplazó a Lepe en un momento en el que parecía iniciar la escalada que le podría llevar a los puestos de arriba pero las excesivas precauciones del técnico sanluqueño hicieron que se desaprovechara la ventaja de 1-2 y que el San Roque, muy inferior, terminara empatando. Carlos Ríos fue cesado varias jornadas después y el equipo terminó clasificándose para la fase de ascenso, culminada en Miranda con el ascenso de categoría.
Lo del año pasado ya se recuerda mejor, aunque la Balona quiere olvidarlo. El 4-0 iniciado con un penalti muy dudoso señalado por el mismo árbitro de pasado mañana, Del Olmo Codes, supuso un toque de atención para los blanquinegros, que entonces andaban muy firmes después de un espectacular comienzo.
