Escobar, a tres victorias del centenar

Rafael Escobar da indicaciones a Juanpe en Cáceres.

José Manuel Fernández/PB

A Rafael Escobar le faltan sólo tres victorias para alcanzar el centenar de triunfos oficiales como entrenador de la Balona, a la que llegó en el verano de 1998 de la mano de Ángel Serrano, aunque le cesó a falta de cuatro jornadas para el final cuando el equipo era líder del grupo X de Tercera División. Aquella campaña, cuando el entrenador cordobés tenía apenas treinta años, el equipo logró recuperar un prestigio deportivo venido a menos durante esa década de los noventa.

En sus tres etapas como entrenador de la Balona, Rafael Escobar ha dirigido al equipo en 181 encuentros oficiales (ligas regulares, promociones de ascenso y Copa del Rey). Ha conseguido 97 victorias y 41 empates y ha cedido 43 derrotas. En estos partidos, la Balona ha marcado 280 goles y ha encajado 164.

En su primera temporada como entrenador de la Balona, la 98-99, comenzó arrasando con la laguna de una derrota en la tercera jornada en La Línea ante el Lucentino, precisamente su equipo de procedencia. La raquítica victoria inicial ante el Puerto Real con gol de Miguel hizo dudar incluso a los optimistas, que volvieron a desencantarse con el 0-2 ante los aracelitanos. Pero luego enlazó una primera vuelta espectacular y siguió mandando en la clasificación hasta que llegaron los malos momentos, acentuados con un preocupante 1-5 ante el San Fernando sufrido en el Municipal el 25 de abril de 1999. Ese resultado hizo tambalear el primer puesto y el entonces presidente, Ángel Serrano, decidió destituirle con 22 victorias, 7 empates y 5 derrotas pero seriamente amenazada por el Dos Hermanas en su objetivo de lograr el título. Además, el equipo había marcado 47 goles y había recibido 17.

Regresó a la Balona seis temporadas después, en la 2004-05 y ya con Alfredo Gallardo como presidente. El proyecto tenía el mismo objetivo: retornar a Segunda B. El arranque no fue tan vertiginoso como en su primera etapa, pero aún así se situó en los puestos altos con nueve victorias en las quince primeras jornadas, entre ellas aquella memorable en Dos Hermanas por 0-8. “Recuerdo que coincidió con el cumpleaños de Alfredo y fue un día muy especial”, evoca Escobar con orgullo.

Sin embargo, en el primer tramo de la segunda vuelta se entró en una racha muy negativa de resultados que desembocó en el cese en la jornada número veintiocho tras perder 3-1 en Lebrija con el Antoniano el 20 de febrero de 2005. Había ganado la mitad de los partidos, 14, pero la racha era claramente descendente y la directiva consideró necesario encontrar un revulsivo para seguir manteniendo opciones de clasificación para la promoción de ascenso. En ese momento llevaba 9 derrotas aunque el balance de goles a favor y en contra era bueno con 50 marcados y 25 encajados.



Escoba, pensativo antes de un Balona-Cádiz.

Pasaron otros seis años para que Alfredo Gallardo concediera una nueva oportunidad a Rafael Escobar para conseguir lo que tanto se merecía: el ascenso a Segunda B. Tras algunas vicisitudes en los primeros compases del campeonato, el equipo emprendió una carrera sin freno hacia el ascenso, logrado el 29 de mayo en el Municipal tras lograr un memorable 4-0 sobre el campeón de Navarra, el Tudelano, que había ganado 1-0 en la ida. “Fue un gran día porque yo llevaba mucho tiempo esperando ascender con la Balona tras las dos etapas anteriores”.

El resumen de aquel año fue de 23 triunfos, 10 empates y 7 derrotas con 69 goles marcados y 33 recibidos. Los números no dejaron lugar para la duda sobre el nivel de la plantilla y el trabajo realizado con Rafael Escobar a su cargo.

Y llegó el estreno en la Segunda B con un inolvidable 4-2 sobre el Almería B. Luego, el 3-1 ante el Badalona en la Copa del Rey. “Fue mi primera experiencia en la Copa del Rey y la noche fue espectacular, con el ambiente de las gradas y, por supuesto, con la victoria final”.

Esa maravillosa temporada fue culminada con la clasificación para la fase de ascenso en la que el equipo blanquinegro eliminó al Amorebieta y sucumbió ante el Tenerife en una mañana inolvidable en lo negativo por el clamoroso penalti a David Hernández que Aitor Gorostegui no le dio la gana señalar. Al final, 23 partidos ganados, 10 empatados y 11 perdidos con 66 goles marcados y 43 encajados.

Este año lleva 36 partidos al frente del equipo incluido el desliz copero ante el Melilla. El balance es algo más nivelado que otros años con 15 victorias, 10 empates y 11 derrotas pero igualmente productivo con el equipo arriba luchando por la promoción de ascenso a Segunda A por segundo año consecutivo.

Le quedan tres victorias para el centenar. Si las consigue en este tramo final, el equipo estará en la promoción de ascenso un año más. Si no, habrá que esperar a la próxima temporada.